PROLOGO - GEMINIS PARTE 1

Después de varias idas y vueltas, mucha autocrítica, publiqué GEMINIS - PARTE 1-

Luego de leer una historia que me sirvió de base para escribir esta novela, y otras que están en carpeta, me animé por fin.

No fue fácil, aprendí muchísimo, y conocí personas hermosas en el camino. Así que espero sus comentarios, que compartan la historia si les gusto, saludos, y buen vida.

Pilar Miranda


Derechos de Autor, Ley 11.723 N° 200.442

GEMINIS - PARTE 1

 

Derechos de Autor, Ley 11.723 N° 200.442


GEMINIS - PARTE 1


1-    Esta es la historia de 2 hermanas gemelas separadas a los pocos meses de vida, ya que al nacer, la mamá sufrió depresión post parto, sintiendo que no podía hacerse cargo de ambas.

Así que una tarde aprovechó para escapar a Chile con solo una de ellas, cuando el papá salió a dar una vuelta con la otra niña.

Antes de partir, sin hacer mucho ruido, ella dejó una nota de despedida encima de la cómoda del pasillo, porque en la cocina se encontraba Francisca (la criada) preparando la cena.

Recogió un bolso que estaba en una silla, se lo colocó en el hombro, levantó el moisés que estaba en el piso,  dio media vuelta, y se marchó, cerrando despacio la puerta principal.

 

2-    Más tarde regresó al domicilio el papá con un cochecito, miró hacia su alrededor e intuyó que algo no estaba bien.

Por ende, dejo el carrito a un costado, hasta que se dio cuenta que había un papel, cuando lo leyó, abrió grande los ojos porque no podía creer lo que decía.

“Querido Pedro, no creo que entiendas, tan solo discúlpame. Me marché con Georgina para reiniciar una nueva vida, porque la actual no me satisface por completo. No nos busques, ya estamos lejos y en otro lugar. Cuida bien a Soledad, sé que serás un excelente padre y un ejemplo para ella. Cintia”.

 

3-    Debido a esta situación, él se agarró la cabeza sin poder comprender lo que pasaba, y comenzó a gritar desesperado.

Pedro: “¡Cintia! ¡Georgina! ¿Dónde están? ¡Francisca, Francisca! Que alguien me diga que esto es una broma, por favor…”.

 

4-    Al escuchar ruido salió alarmada de la cocina la mucama, ella intentó tranquilizarlo; lo abrazó, pero él no podía contener su llanto.

Luego él, con respeto la apartó de su lado, la agarro por los hombros y la miró fijo a los ojos para preguntarle.

Pedro: “¿A dónde pudo ir? ¿Por qué se fue? ¿Era infeliz?

Francisca: “No sé señor, nunca me dijo nada, la señora era muy reservada con sus cosas. Tampoco yo entiendo lo que pasa, todo parecía normal...Además como puede ser que no escuché nada…, yo pensé que estaban tomando una siesta”.

Pedro: “Por favor alce a Soledad, cálmela, que no se dé cuenta de lo que ocurrió. Acá nada paso, está claro”.

Francisca: “Si, si, pero qué piensa hacer”

Pedro: “¡No sé, alguien debe saber algo! Ya vuelvo, voy a preguntarles a los vecinos si las vieron. Espéreme aquí, no se muevan”.

Francisca: “No se preocupe señor, vaya nomás. Seguro que es un malentendido, ya van a aparecer, no perdamos la fe”.

 

5-    De ese modo, Pedro salió corriendo a la calle y tocó con euforia la primera puerta.

Allí vive Alicia, una mujer grande con gafas “culo de botella”,  no tiene hijos aunque sí muchos gatos.

En la entrada hay un par de hortensias, acompañadas de unos duendes, y una alfombra percudida por culpa de los felinos.

Pedro: “Hola Alicia, por casualidad viste a Cintia con una de las bebés.”

Alicia: “No, no, no las vi ¿Por…, qué pasa? ¿Están bien?

Pedro: “Si, si, no sé ¡Desapareció con Georgina!”

Alicia: “¿Qué? ¿Cómo? Espera un cachito, qué pasó ¿Se pelearon, discutieron?”

Pedro: “Nada de eso. Se fue, sin decir a dónde y por qué”.

Alicia: “¿En serio me decís? Aunque yo la noté distinta estos últimos días, vos no… Déjame pensar un poco, esta mañana me parece…, o no sé si fue ayer que hablamos de Félix, el más viejo de mis gatos. El que es todo blanco, te das cuenta…”

Pedro: “La verdad que ahora no, lo siento mucho Alicia. Tengo que seguir buscándolas, discúlpame; después hablamos te lo prometo”.

Alicia: “Si, manteneme informada, mientras tanto yo voy a tratar de recordar algo. ¡Suerte!”.

 

6-    De esa manera Pedro se retiró un poco, observó a los costados, hasta ver a una persona que paseaba su perro en la vereda del frente.

Así que fue hacia allá, cruzó la calle, la frenó y le explicó lo que sucedía, pero lamentablemente el sujeto negó conocerlas.

Sujeto: “Por qué no realiza la denuncia en la policía, se me ocurre que ellos pueden localizarlas, entre las distintas seccionales  están comunicados me imaginó. De esa forma va a ser más simple me parece…”.

Pedro: “Tiene razón, se lo agradezco, buena idea, voy allá en mi auto ahora mismo”.

Sujeto: “No hay por qué, pero tranquilo, no va a querer chocar, causar un accidente. Usted es inteligente que no le gane la desesperación, pues hombre”.

Pedro: “Es lo que menos quiero ahora, otro problema más. Necesito respuestas, soluciones mejor dicho, que todo vuelva a la normalidad pronto. ¡Ay Dios mío, que alguien me ayude!”.

Sujeto: “Vaya con cuidado, hágame caso”, de ese modo le da una palmada en el hombro, mientras su mascota espera ansioso y tironea de la correa para continuar con el paseo.

Pedro: “¡Hasta luego, gracias, que tenga buen día!”

Sujeto: “Chau, chau, espero que le vaya bien ¡Tranquilo!”, le grita el sujeto.

 

7-    En seguida Pedro buscó en su bolsillo las llaves, caminó apresurado hacia su vehículo que está estacionado en la puerta de su domicilio. Se colocó el cinturón de seguridad, arrancó y se fue a la Comisaría sin perder un segundo.

 

8-    En la central observa los carteles para saber a dónde se debe dirigir. Visualiza uno que indica la oficina correspondiente, va hacia allí y golpea la ventana para poder ingresar. Ahí se encuentra con 3 oficiales.

Uno de ellos estaba recostado en una silla con los pies arriba de la mesa con un palillo en la boca; mientras otro acomoda varias carpetas amarillas en un armario viejo.

La habitación apesta a olor a cigarrillo, el piso de madera cruje al pisarlo y hay un ventilador que gira despacio sin tirar mucho aire.

 

9-    El agente que se encuentra detrás de la máquina de escribir tomando las declaraciones, le señala a Pedro que ingrese.

Ansioso por contar la situación, lo hizo de mal modo y lo dijo todo espontáneamente.

Pedro: “Por favor me tienen que ayudar, mi señora con mi hija se han ido, tienen que encontrarlas urgente ¡Deben estar solas, desamparadas, perdidas!”.

Primer Cabo: “¿Cómo dice caballero?”

Pedro: “Mi esposa con una de las bebés, me abandonaron sin darme ninguna explicación. Me dejaron, estaba todo bien… No sé qué paso”.

Segundo Cabo: “Pero, aproveche amigo, usted es un hombre afortunado ¿Cuéntenos cómo hizo, así también se van nuestras mujeres?

 

10-    Primer Cabo: “Nosotros no podemos hacer nada hasta que transcurran 48 horas. Vuelva a su hogar a cuidar que no se le escape nadie más, después lo resolvemos. Circule, tenemos cosas más importantes que atender”.

En el lugar todos se reían, menos Pedro que intenta controlarse debido a la impotencia que le genera la situación.

Pedro: “Entonces veo que no puedo contar con ustedes, creí que parte de su labor era colaborar con los ciudadanos”.

Tercer Cabo: “A ver qué parte no entendió, en dos días si no hay noticias de sus familiares con gusto lo vamos a atender. Por lo pronto, no”

Con los brazos caídos y los puños apretados Pedro decidió irse.

 

11-    Después de un tiempo sin haber novedades Pedro eligió mudarse, su intención fue alejarse de la tristeza que le generaba el lugar y criar en armonía a su hija.

Francisca colaboró en acomodar la ropa en bolsos, envolvió la vajilla y guardó las demás pertenencias pequeñas de la casa en cajas.

Aparte tapó con sábanas los sillones, los almohadones y espejos para que no se ensucien o rompan en el camión.

 

12-    Francisca: “Señor ya esta todo listo, necesita algo más.”

Pedro: “Creería que no, gracias, no sé qué haría sin usted. La vamos a extrañar, usted es muy valiosa para nosotros, pero necesito volver a empezar en otro lugar.”

Francisca: “No hace falta que me dé explicaciones. Yo sé todo lo que sufre, el esfuerzo que hace para estar bien. Basta, no voy a llorar, intento pensar que esto no es una despedida.”

Pedro: “Sabe que cuando desee nos puede visitar, así que no es un adiós”.

Francisca: “Si claro, aunque no es fácil para mí por la edad subir a un colectivo. Cuando pueda voy a ir a verlos, y le voy a llevar esos bizcochitos que le gustan a mí solcito”.

Pedro: “Con todo gusto, será siempre bien recibida, usted es parte de nuestra familia”.

De esa manera ambos se dan un cálido abrazo. Acto seguido ella le da un beso en la frente a Soledad que está jugando con una muñeca en el piso, para luego irse con un changuito lleno con sus pertenencias sin poder decir más nada por la pena que siente por dentro.

 

13-    Para el traslado, Pedro contrató a un par de sujetos de confianza para que suban y bajen los muebles con cautela.

No quiso llevar mucho, solo lo necesario, ya que el nuevo hogar que compró era más pequeño.

Fletero: “Todo listo jefe, las otras cosas las deja…”

Pedro: “Sí, vendí la casa con el mobiliario instalado. No necesitamos tanto a donde vamos a vivir ahora.

Aparte somos solo nosotros dos. Esto ya nos queda grande”.

Fletero: “Muy bien, entonces no se hable más ¡Vamos!”

De ese modo Pedro le sonríe a Soledad que lo espera en el auto para emprender el viaje a su nuevo domicilio.


14-    Soledad creció, se transformó en una señorita educada, e interesante; todo por la buena educación y dedicación que recibió de su padre.

Él jamás le contó la verdad sobre su mamá, aludió que ella había muerto después de parirla.

Todo lo contrario a Georgina, la otra gemela, que suponía que su papá las había abandonado.

 

15*    En un comedor pequeño Cintia limpia unas mesas, tiene cara de cansada, realiza a veces doble turno para cubrir los gastos y cumplir con los caprichos de Georgina.

Mientras recoge un mantel, siente que se asfixia, allí un grupo de 3 personas la miran y advierten que no está bien, por ende la auxilian.

Persona 1: “Tome asiento señora, esta pálida ¿Quiere que llamemos a alguien?”

Persona 2: “Podemos solicitar a una ambulancia si quiere”.

Cintia: “Si, si, gracias. Díganle al cocinero que el número de emergencias esta encima del teléfono y que busque a mi vecina así le avisa a mi hija apenas la vea”.

 

16*    De la cocina salen en seguida los compañeros de Cintia, la acomodan en un banco, le colocan un pulóver en la cabeza e intentan calmarla.

Cocinero: “Aguanta linda que ya llegan ¿Por qué no dijiste antes que estabas mal?”

Cintia: “Se me bajó la presión supongo, no se preocupen”.

Cocinero: “Tenes que cuidarte más, no podes estar acá siempre”.

Cintia: “Vos sabes que es imposible, hay muchas cosas por pagar y todo es caro”.

Cocinero: “Pero no te puede costar la vida, ahora relájate que ya vienen a revisarte”.

 

17*    En poco tiempo llegan los paramédicos al bar y la examinan.

Socorrista: “¿Alguno es familiar para que la pueda acompañar?

Cocinero: “No, encima no podemos dejar el lugar, cerrar o irnos, nos echarían a todos”.

Socorrista: “Entendido, la vamos a tener que trasladar para que le hagan unos estudios en el hospital. Pueden informarle a alguna persona conocida para que se dirija allí y este con ella”.

Cocinero: “Claro, por supuesto, estamos en eso”.

Socorrista: “Bien, ahora con su consentimiento la vamos a subir a una camilla y la vamos a llevar”.

Cocinero: “Me parece bien, no me opongo, son los que saben ¿Tengo que firmar algo?”.

Socorrista: “No nada, solo ocúpese de encontrar alguien. Tenemos que irnos”.

Cocinero: “Está bien, cuídate flaca, nos vemos pronto”.

De esa manera los socorristas suben a Cintia a la ambulancia y se marchan.

 

18*    En el consultorio la atienden un doctor y una enfermera. El médico la revisa con un estetoscopio, mientras la asistente le toma el pulso.

Doctor: “Señora vamos a tener que registrarla, voy a hablar con la secretaria para que lo haga.

Su corazón no se oye muy bien, la van a llevar a una habitación, yo en unos minutos estoy con usted, le voy a pedir que se acomode y no se preocupe”.

Cintia: “Sí, lo que digan, gracias”.

Enfermera: “Me permite, Señora?”

De esa manera, la enfermera trae una silla de ruedas y le coloca en el brazo suero fisiológico.

 

19*    Mientras tanto Georgina se divierte, baila música electrónica con amigos en una discoteca llena de personas, luces de distintos colores, hasta que la frenan dos jóvenes que alcanzaron a verla y llegar a ella.

Joven: “Hola Georgi, podes parar, escúchame un segundo”.

Georgina: “Pero qué, qué pasa, qué quieren.”

Joven: “Es tú mamá, me acaba de decir mi hermano que ella no estaba bien y la llevaron al sanatorio, así que mejor anda.”

Georgina: “Sí, si, ahora voy. ¿Saben qué tiene?

Joven: “No, ni idea, pero me dijeron que tenías que ir”

Georgina: “Obvio, espero que no sea nada grave ¿Alguien me puede llevar por favor?”

 

20*    Francisco: “Vamos, yo te alcanzo, tengo el auto cerca”.

Georgina: “Dale Fran, no perdamos tiempo”

Georgina sale del boliche agitada y se sube al vehículo del amigo que intenta tranquilizarla e ir lo más rápido posible.

 

21*    Francisco: “Va a estar todo bien Georgi”

Georgina: “Si le llega a pasar algo no sé que voy hacer, no tengo a nadie a quién recurrir, estamos solas ¿Entendes?”.

Francisco: “Vos contas con nosotros, no te vamos a abandonar, no pienses así”.

Georgina: “Es que ella trabaja mucho, y yo debería ayudarla. A veces no me doy cuenta, es grande, tengo que hacer algo”.

Francisco: “Me parece una buena idea. Seguro vas a conseguir porque sos una persona muy inteligente y capaz”.

 

22*    Cuando llegan, él estaciona en la puerta de Urgencias, mientras Georgina se baja desesperada.

Georgina: “Después te cuento Fran”

Francisco: “No queres que te acompañe”.

Pero ella no llego a escucharlo e ingreso apurada al Hospital.

 

23*    Georgina: “Hola, qué tal, buenas noches.  Me llamaron porque mi mamá esta internada ¿Es verdad?”.

Secretaria: “¿Nombre y apellido?”

Georgina: “Cintia García”

Secretaria: “La paciente esta en la habitación 201; es por el pasillo de la derecha. Guarde la calma que es tarde y hay mucha gente descansando”.

Georgina: “Si, entiendo, muy amable. No voy a hacer ruido”.

De esa manera la joven camina despacio a la habitación, luego ve acostada a su mamá, entra la toma de las manos y se le llenan los ojos de lágrimas.

 

24*    Cintia: “Tranquila hija, va a estar todo bien. Necesito que me escuches”.

Georgina: “¿Qué paso Ma?”

Cintia: “Después el médico te va a explicar. Necesito decirte algo antes”.

Georgina: “Pero qué es más importante que esto”.

Cintia: “Te mentí todos estos años. Tu papá no nos dejó, él vive, igual que tu hermana”.

Georgina: “¿Qué me decís, a dónde?”

Cintia: “Viven en Córdoba Capital, ellos te van a ayudar, son muy generosos y buenos, te lo aseguro. La dirección la vas a encontrar en la caja verde de zapatos donde tengo todos los papeles importantes”.

Georgina: “No entiendo… ¿Por qué me mentiste todo estos años?”

 

25*    De pronto, entra e interrumpe el médico.

Doctor: “Disculpen, pero tenemos que ir a la sala de operaciones. El tiempo vale oro”.

Georgina: “Espere un momento por favor ¿Qué puede llegar a pasar? ¿Qué es lo que tiene mi mamá”?

Doctor: “Su madre tiene estenosis aortica, una enfermedad que afecta el paso de la sangre al resto del cuerpo, por eso debemos ir al quirófano de inmediato”.

Georgina: “¿Y cuáles son los riesgos?”

Doctor: “Es complicada la intervención, si no actuamos ahora puede suceder que fallezca por muerte súbita en pocas horas o días. Así que seamos creyentes que todo va a salir bien”.

Mientras el cirujano cuenta lo que tiene Cintia, ingresan al cuarto 2 enfermeros.

 

26*    Enfermero: “Disculpe señorita, tenemos que preparar a su mamá, le voy a pedir que espere afuera”.

Georgina: “Si, por supuesto, voy al pasillo”.

 

27*    Allí quedó absorta Georgina después de la confesión de su mamá y lo que acontecía. No podía creer todo lo que ocurría, era demasiado para asimilar en tan poco tiempo.

Miraba hacia abajo y se comía las uñas. ¿Qué iba a pasar? Ella no lo sabía…

Tenía que buscar a su papá y a su hermana… Perdonar a su mamá, obviamente que sí, estaba en una situación crítica, debía tener sus razones para ocultarlo.

Pero por qué, eran todas las preguntas que se le surgían en cabeza.

 

28*    Minutos más tarde, los 2 enfermeros trasladaron a Cintia a la sala de operaciones. Georgina se agacha para darle un beso en la frente.

Georgina: “Va a salir todo bien, nos vemos en un rato Ma”.

Cintia la mira casi sin fuerzas y se despide con una sonrisa forzada.

 

29*    En el corredor sola se queda la joven, allí hay sillas contra la pared, un reloj colgado y un bidón de agua con algunos vasos de plástico.

Parece que cada minuto dura una hora, el tiempo no pasa más. Hasta que de pronto se abre una puerta, aparece el cirujano con los ojos abatidos, y con una mano le toca el hombro.

Doctor: “No se pudo hacer nada, lo lamento, su corazón estaba muy desgastado ¿Tiene a alguien con quien comunicarse?”.

Ella lo mira, y se pone a llorar

Georgina: “A nadie, muchos amigos y gente querida, les voy a hablar.”

Doctor: “Me parece bien, lo siento mucho”

Georgina: “No lo puedo creer, mi mamá, mi mamá”

Doctor: “Llegó muy tarde ¿Nunca se hizo chequeos o presentó algún síntoma?”

Georgina: “No que yo sepa”.

Doctor: “Tengo que volver. Tiene que completar unos papeles en mesa de entrada, es protocolo, lo lamento.”

Georgina: “Si, en seguida voy”

Doctor: “Tómese el momento que necesite, no hace falta que sea enseguida.”

Georgina: “Gracias”.

Doctor: “Lo que necesite, nos vemos”

De ese modo el médico se va, mientras la joven queda desolada.

Más allá de la profunda tristeza, lo primero que se le pasó por la mente fue que lo mejor sería buscar a su padre y esa media hermana que tenía luego del entierro.

 

30*    En Campo Santo había pocas personas para despedir el cuerpo de Cintia, fue una mañana fresca ya que corría un poco de viento.

Los arboles agitaban sus hojas, mientras el zumbido del aire se hacía oír en el silencio del lugar.

Georgina escuchó las palabras del cura junto a un grupo de amigos, la mayoría vestidos de negro, un poco informal y lentes de sol.

Cura: “Queridos  hermanos, esta Ceremonia la realizamos por el alma de la difunta Cintia García, a quien expreso mi compasión, como también a todos los miembros de su familia. Vamos a pedir que la infinita misericordia del Señor le permita llegar a su morada de luz y paz. También oramos por sus seres queridos para que la fe sea el consuelo y voluntad para continuar en la vida terrenal. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡La paz esté con ustedes!”.

 

31*    Antes de partir hacia la terminal de ómnibus, Georgina saluda, y le comenta a sus más allegados que va a partir a Córdoba.

Georgina: “Quizás no sea el momento más oportuno o adecuado, pero quiero que sepan que me voy a la tarde por un tiempo, tengo que resolver algo que mi mamá dejo inconcluso antes de morir”.

Francisco: “¿Ahora? ¿Te vas sola, a dónde?”

Georgina: “Si Fran, qué voy hacer, quizás consiga algo”

Francisco: “¿Es algo bueno?“

Georgina: “Espero que sí, son un par de familiares que tengo, y no los sabía”.

Cocinero: “Estamos con vos bonita, si crees que es lo mejor, te apoyamos, y te esperamos de vuelta”.

Georgina: “Gracias Alfonso, ya lo sé”

Francisco: “Entonces es algo positivo, buena suerte. Cuídate lo único”.

Georgina: “Obvio que sí”

Francisco: “Esperamos recibir noticias, por lo menos un llamado, una carta”.

Georgina: “¡Prometido!”.

De esa manera el cocinero los envuelve en un abrazo a los 3.

32-    Luego de guardar un par de prendas en una mochila, más una botella con agua, Georgina con una campera en la mano tomó un bus.

En el trayecto iba atenta observando los carteles, cada vez figuraba más cerca su destino: “Córdoba Capital”.

Durante el viaje no descansó mucho, se comió gran parte de las uñas y encima al lado dormía un señor con sinusitis.

Tampoco dejaba de imaginar ese encuentro con su padre ¿Qué le iba a decir, y cómo iba a reaccionar él al verla? ¿La iban a aceptar, se quedaría con ellos…?

Toda una ilusión, a su vez mucha pena por la pérdida de su mamá.

 

33-    Apenas llegó a la terminal, lo primero que hizo fue tomar un taxi y darle el papel con la dirección al chofer.

Georgina: “Buenos días, me puede llevar a este lugar”.

Chofer: “¡Enseguida! ¿De dónde viene?”

Georgina: “Santiago de Chile, vengo a visitar unos parientes”.

Chofer: “Mire que bien, que lindo. ¿La están esperando?”

Georgina: “Digamos que no”.

Chofer: “¡Es una sorpresa, que bueno!”.

Georgina: “Algo así, ojala que les guste”

Chofer: “Obvio, si no me llama y la busco, mi nombre es Samuel”.

Georgina: “Lo tengo en cuenta, gracias”.

 

34-    Chofer: “De verdad se lo digo, no me cuesta nada”

Georgina: “Muy amable de su parte en serio, no me olvidar”.

Chofer: “Es la primera vez que viene”

Georgina: “Sí”

Chofer: “Le va a gustar mucho, la gente es muy buena”.

Georgina: “Bien, mejor entonces ¿Falta mucho?”

Chofer: “Un poco”

Georgina: “Voy a aprovechar para descansar, no se ofenda”.

Chofer: “Para nada, disculpe si me puse un poco pesado, mejor manejo y me callo”.

Georgina: “No se enoje, pero necesito despejar la cabeza antes de llegar”

Chofer: “Por mí esta bien, voy a poner la radio nomas”.

Georgina: “Buena idea, gracias por entender”

El resto del trayecto fueron escuchando música, cada tanto ella cerraba los parpados, pero la ansiedad le ganaba al agotamiento.

 

35-    Chofer: “Llegamos a destino señorita”

Georgina: “¿Cuánto le debo?

Chofer: “Nada, esta vuelta corre por mi cuenta. Que tenga mucha suerte en este encuentro, si no ya sabe…, me avisa”.

Georgina: “Claro, muchas gracias, hasta luego, que tenga buen día”.

Chofer: “Igualmente para usted bonita”.

Georgina: “Chau”.

Georgina esboza una sonrisa falsa, y por debajo dice: “Dios quiera que no lo vuelva a ver…”

 

36-    Cuando bajó del coche Georgina se paró en frente de la puerta de su casa paterna, tomó aire, se acomodó el pelo y tomo algo de agua que le sobró en la botella.

Luego tocó el timbre, se demoraron un poco en atenderla, hasta que apareció una mucama que abrió la puerta y le preguntó quién es.

Sirvienta: “Hola, en qué puedo ayudarla”

Georgina: “Disculpe, acá vive Pedro Salgado”.

Sirvienta: “No, aquí no hay nadie llamado así ¿Por?”.

Georgina: “Él es conocido, me dijeron que lo iba a encontrar acá”.

Sirvienta: “Aguarde un momento por favor, voy a llamar a la dueña, quizás ella sepa quién es”.

De esa manera la mucama cierra un poco la entrada para llamar a Victorina, su jefa.

 

37-    Al cabo de minutos se hizo presente una señora muy fina con bastón acercándose con cierta cautela.

Victorina: “Qué tal, buenos días, qué puedo hacer por usted”.

Georgina: “Perdón, me gustaría saber si conoció a un hombre que vivió aquí con su hija…”.

Victorina: “Realmente no, nosotros hace 5 años que nos mudamos. Su propietario anterior era de apellido Jacinto, creo tenía 3 hijos, pero no sé mucho más de él”.

Georgina: “Que lástima, bueno ya voy a ver qué hago. Gracias igual por su atención”.

Victorina: “No es molestia, espero que encuentre lo que anda buscando”.

Victorina: “Ojala, hasta luego”

Georgina: “Que ande bien”

Mientras la mira con cara de frustración, da media vuelta y se retira, con su mochila colgada y un buzo atado a la cintura.

38-    Con poco dinero, y sin muchas esperanzas, Georgina se sentó en un banco a pensar.

Decidió que lo mejor sería hallar un lugar barato para hospedarse, como un hostel, y después conseguir trabajo antes de continuar con la búsqueda.

Allí dando vueltas se quedó Samuel, cuando la vio no dudo en acercarse otra vez con el taxi.

Chofer: “Señorita, y qué paso”.

Georgina: “Nada, no viven más ahí…, me puede llevar a un sitio económico donde me pueda quedar”.

Chofer: “Sí claro, yo tengo que volver al área del centro, así que vamos.”

Georgina: “Genial, esta vez si quiere podemos conversar y le voy a pagar.”

Chofer: “Jajaja, no se haga problema. Lo único cuénteme cómo sigue el plan.”

Georgina: “Voy a buscar empleo, porque si no, no sé como seguir. Después voy a investigar a dónde se habrán ido”.

Chofer: “Yo conozco un pub nocturno que siempre necesitan gente. Es cerca donde la voy a dejar. Me parece que las más ganan son las que bailan, obtienen buenas propinas”.

Georgina: “No sé si es lo mío”

Chofer: “No me malinterprete, cuidan al personal, nadie se sobrepasa. No es un prostíbulo.”

Georgina: “Lo voy a meditar creo…”

 

39-    Chofer: “Si, va, hablé con Beto, él es el dueño”

Georgina: “Voy a tratar de no olvidarme”.

Chofer: “No descarte nada, no esta fácil la calle hoy. No es para tirarle mala onda, pero es verdad. Además no va a tener inconvenientes ahí”.

Georgina: “En eso tiene razón, esta bastante complicado.”

Chofer: “Llegamos, esta es una buena pensión, cuesta poco y es limpia”

Georgina: “Perfecto, y gracias de nuevo”.

Chofer: “No hay de qué, espero verla pronto”

Georgina: ““Quien dice, el destino ya nos encontró 2 veces”.

Chofer: “No hay 2 sin 3, pero ahora vaya a descansar”.

Georgina: “Nos vemos, hasta luego.”.

Ahí se queda el taxista hasta que ella ingresa, le sonríe y la saluda con la mano.

 

40-    Ya de noche, y después de dormir un poco para recobrar fuerzas, fue al bar que le recomendó Samuel.

No deliberó mucho en ir porque tenía escaso dinero.

Adentro estaba lleno de personas, así que paró una moza y le preguntó con quien debía hablar por un empleo.

Georgina: “Hola, estoy buscando a Beto…”

Moza: “Por qué asunto sería”

Georgina: “Por trabajo”

Moza: “¿Quién te mando?”

Georgina: “Nadie, me aconsejaron que viniera”.

Moza: “Esta en su oficina”.

Georgina: “Puedo verlo”

Moza: “Al lado del escenario, la tercer puerta”

Georgina: “Gracias”

Moza: “No hay por qué, ahora permiso que debo seguir”

Georgina: “Si, claro, disculpa”.

 

41-    De esa manera Georgina va esquivando las mesas y la gente, casi alguien derrama sobre ella un trago. Por la oscuridad no se dio cuenta que era Samuel.

Samuel: “Uh, disculpe, no fue mi intención”

Georgina: “No hay problema, no es nada”.

Samuel: “Esta segura”

Georgina: “Si, si, de verdad”

Samuel: “Le puedo invitar algo”

Georgina: “Tengo que juntarme con alguien, en otra ocasión puede ser”.

Samuel: “Esta bien, la dejo seguir entonces, que tenga mucha suerte”.

Georgina: “Permiso, nos vemos”.

Samuel: “Pase nomás, hasta luego”.

Esas últimas palabras le quedaron a Samuel grabadas, así que estuvo más de lo habitual en el bar, y también bebió de más.

 

42-    Parada en la puerta de la oficina, Georgina golpea fuerte, aunque no consigue respuesta. La música estaba tan alta que volvió a insistir, hasta que le abrió un hombre.

Dueño del Bar: “¿Qué quiere? Acá no es el baño, es por allá, hay un cartel si no se fijo bien”.

Georgina: “No es eso, vengo por trabajo”.

Dueño del bar: “¿Y qué sabe hacer, bailar, cocinar, servir…?

Georgina: “Si, si, todo eso, si no puedo aprender”

Dueño del bar: “Las chicas que yo contrato son pro activas, se reemplazan entre ellas, son muy buenas compañeras. Aparte tienen bien en claro que los trapitos sucios se secan en la casa, no queremos problemas en este lugar”.

Georgina: “Me parece bien ¿Y necesita personal?”

Dueño del bar: “Siempre, hay mucho recambio. Las chicas se enamoran y se van ¿Puede comenzar hoy? Estoy seguro que va a ser un excelente día, propinas, mucha gente, es muy divertido”.

Georgina: “Perfecto, eso me hace falta”.

Dueño del bar: “Va estar en período de prueba por un mes, después vemos el tema de papeles”.

Georgina: “Por mí esta bien”

Dueño del bar: “Entonces empiece, las chicas tienen un cuarto, son celosas de sus pertenencias, así que cuidado”.

Georgina: “Esta claro, ningún inconveniente”.

Dueño del bar: “No se diga más, vaya a la barra a hablar con Virginia, ella le va a explicar nuestra política: “Se mira pero no se toca, tampoco se generan vínculos afectivos aquí adentro. Afuera uno es libre, puede hacer lo que quiere”.

Georgina: “Me parece bien, voy a buscarla”

Dueño del bar: “Un gusto, y bienvenida. No me vaya a defraudar, confío en usted”.

Georgina: “Para nada, se lo prometo”.

De ese modo cierran el trato estrechándose las manos.

 

43-    En el bodegón había mucha gente, algunas sentadas en mesas bebiendo algo, otras paradas en el mostrador solo observando.

Hay un escenario donde baila una stripper de modo sensual, luces blancas y un piano con telas de araña que en realidad no funciona.

Georgina va hacia la caja donde hay una mujer que cobra, supone que debe ser la persona que esta buscando.

Georgina: “Perdona vos sos Virginia”

Virginia: “Sí por, quién sos”.

Georgina: “Me mandó Beto, empiezo hoy”

Virginia: “Bárbaro, sabes bailar. Justo faltó una de las compas porque no tenía con quien dejar su nena”.

Georgina: “Sí, un poco”.

Virginia: “Vos seguí el ritmo de la música. Acá ya saben que no pueden sobrepasarse, a lo sumo dejarte un billete en la media. Allá en la punta esta Claudio que nos cuida. Afuera esta Marcos, y merodeando siempre anda Nacho, por si alguno se pasa de listo o se ve sospechoso. ¿Tenes alguna duda?”.

Georgina: “¿Toda la noche tengo que estar en el escenario?

Virginia: “No, el show es una sorpresa, es para cortar la rutina, dura 15 minutos. Descansas 20 y te volves a preparar. Si te necesitamos acá en la cocina o para servir mesas, vas a tener que hacerlo. Incluso limpiar los baños”.

Georgina: “No hay problema”

Virginia: “¿Sos mayor de edad, tenes 21?”

Georgina: “Sí, sí, 25”

Virginia: “Entonces anda al vestuario, elegí lo que te gusté y cuando puedas salí, hoy esta lleno, y muy impacientes los clientes.”

 

44-    Al comienzo le costó un poco salir al escenario, intentó no pensar, concentrarse en mirar un punto fijo y no ver a nadie a su alrededor de modo puntual. Disfrutó de la música hasta que las luces se apagaron y tomó un receso.

Por fortuna no la llamaron para atender, las colegas se mostraron amigables. La mayoría comprendía que no era el trabajo más deseado, pero que se ganaba un buen plata.

En la segunda oportunidad, repitió las mismas técnicas, pero ya más calmada, sabía que nada le podía pasar y que en el piso dejaban las monedas y billetes.

 

45-    A la hora de salida un sujeto la interceptó en la puerta. por desgracia el Seguridad no estaba allí.

Samuel: “¡La felicito, usted es perfecta, baila muy bien! Es totalmente espléndida. Tiene que aceptar ir a tomar un café, se la ve exhausta”.

Georgina: “Espere un poco…, usted es el chofer de hoy a la mañana, cuál era su nombre”.

Samuel: “Samuel, soy inofensivo, créame. La puedo acompañar si me deja. Podemos conversar, conocernos un poco más…, yo la ayudé se acuerda”

Georgina: “Cara de malo no tiene, pero estoy cansada, otro día puede ser”.

Samuel: “Déjeme ir a su lado, ya sé que es de pocas palabras”.

Georgina: “Bueno, pero no se va a sentir mal, cuando lleguemos yo quiero ir a acostarme”.

Samuel: “Para nada, tenemos un trato”.

Georgina: “Entonces vamos, me gusta ser clara desde el comienzo, para que no haya malentendidos”.


46-    Cuando llegaron al albergue, y se tenían que despedir, él se puso más pesado. No había nadie en la calle ya que todavía era de noche.

Samuel: “Quiere que entré, podemos hacernos un rato compañía.”

Georgina: “No, no me parece. Yo a usted no lo conozco”.

Samuel: “Vamos que no es casualidad, me buscaste todo el tiempo”.

Georgina: “Voy a entrar, no quiero ser grosera”

Sin pensar debido al alcohol que ingirió la acorraló de manera espontánea. La tomó rápido de la cintura e intentó besarla.

Ella obviamente que se quiso defender,  así que como pudo agarró un tubo del piso y le pegó en la cabeza.

Samuel cayó al suelo, empezó a brotar su sangre hasta formar un charco rojo.

La joven sin saber qué hacer huyó al notar que nadie había visto nada. Buscó sus pertenencias y decidió regresar a Chile, antes que encontraran pruebas en su contra y la arrestaran.


47-     La noticia salió en los medios cordobeses:

“Encuentran muerto, golpeado y abandonado a una persona adulta.  La policía investiga e indaga a vecinos de la zona.”

Después de tomar declaración a todas las personas del albergue, el perito criminal llegó a la sospecha que podía ser ella, ya que era la única ausente en el lugar.

Policía: “Usted dice que una mujer joven se alojó ayer y no volvió en toda la noche, y que no están sus cosas…”

Propietaria del albergue: “Sí. No lo puedo creer oficial, se fue sin pagar”.

Policía: “El nombre de la sujeto se acuerda.”

Propietaria del albergue: “Si, antes de ingresar les hago llenar una planilla con todos sus datos. Se llama Georgina Salgado, tiene 25 años”.

Policía: “Voy a necesitar esa ficha como prueba, esta claro.”

Propietaria del albergue: “Ningún inconveniente oficial”.

Policía: “Algo más que recuerde, la vio salir en algún momento”.

Propietaria del albergue: “Lo último que me dijo es que iba a ver unos amigos a un bar, Margarita´s, me parece…”

Policía: “Gracias, ahora mismo vamos allá. Muy amable por su colaboración, le estamos informando en cuanto haya novedades”.

Propietaria del albergue: “Si por favor, esa desgraciada debe pagar por lo que hizo”.

Policía: “Tranquila, son solo conjeturas por el momento, pero es verdad que también hay muchas coincidencias. No podemos perder el tiempo, con su permiso”.

Propietaria del albergue: “Vayan nomas, y que le encuentren, hasta luego”.

Policía: “Que tenga buenos días”.

Antes de retirarse el oficial pidió que realicen un identikit del rostro de Georgina, y que luego se lleven el cuerpo de Samuel que estaba tapado con una sábana blanca, rodeado de cintas y pintura roja en el piso sucio.

48-    Los uniformados fueron al bar e interrumpieron el sueño de Beto que dormía en el fondo. Los atendió con una bata y unas ojotas.

Policía: “Buenos días caballero, queremos hacerle unas preguntas por un hecho que ocurrió hace unas horas”.

Dueño del bar: “Si claro, quieren pasar”

Policía: “No, esta bien así”

Dueño del bar: “Dígame qué sucede y cómo los puedo ayudar”.

Policía: “Encontraron a un sujeto masculino muerto. Se sospecha que es cliente, y que el asesino trabaja acá”

Dueño del bar: “Caramba, no sé nada, acá mi personal tiene antigüedad. Pero a ver espere…, ayer ingresó una nueva chica, bailó un poco, y antes de cerrar se fue sin decir mucho”.

Policía: “¿Sera esta persona de la cual hablamos…?”

Dueño del bar: “Si, si, es ella la que estuvo anoche. Se la notaba un poco perdida, desorientada, rara”.

Policía: “Gracias por su colaboración, si regresa nos avisa enseguida, entendido”.

Dueño del bar: “Por supuesto, no le quepa la menor duda”.

Policía: “Muy bien, continúe con lo que estaba haciendo, y cuídese de no infringir la ley. Su bar es muy famoso”.

Dueño del bar: “Claro, a su disposición como siempre Jefe”.

Policía: “Gracias, estoy seguro que pronto nos vamos a volver a ver”.

Dueño del bar: “Lo que usted diga, a su servicio, que se aclare todo pronto. Hasta pronto”.

El policía se alejó un poco para hablar al oído a otro compañero. Se sube al móvil, y da un mensaje por la radio.

Policía: “Aquí el Comisario Allende, tenemos una fugitiva, enseguida envió la foto con los datos de la sospechosa para que estén atentos en las rutas o fronteras”.

Móvil: “Ahora damos el aviso a todas las unidades. Estamos en comunicación, cambio y fuera”.


49*    Mientras tanto ese mismo día a la noche, Soledad disfrutaba su casamiento en Alta Gracia.

Contrajo matrimonio con un muchacho de buena familia, siendo lo que necesitaba en ese momento, ya que estaba muy sola desde que el papá falleció.

Hacía tiempo que no estaba tan radiante, el cáncer del padre fue fulminante y agotador.

Por un momento se olvidó, bailó con su prometido y brilló en medio de los presentes.

Fue algo sencillo, con pocos invitados, el cielo estaba estrellado y la luna acompañaba la música.

 

50*    En un momento Soledad tomó una pausa para beber algo, allí se le acercó su suegra para intercambiar algunas palabras.

Gloria: “Soledad, que alegría querida. Seguro van a ser muy felices con mi hijo, espero que me den nietos pronto, porque me estoy poniendo vieja. Es broma, pero no se demoren, que el tiempo pasa rápido, más para nosotras que tenemos un reloj biológico ¡Tic, tac, tic, tac!”.

Soledad: “Usted no se preocupe, ambos tenemos los mismos intereses, y queremos formar pronto una familia. Ahora si me perdona debo saludar a unos amigos, si necesita algo me dice por favor”.

Gloria: “Claro que sí, es su noche, después viene la luna de miel, y yo sé de eso. Así que aprovechen y pásenla lindo. No debo entrometerme, aunque de mi parte saben que pueden contar conmigo”.

Soledad: “Gracias sinceramente, lo tengo en cuenta. Me disculpa si me retiro”.

Gloria: “No hay problema bonita, anda nomás, nos vemos después”.

De ese modo Soledad, un poco incómoda por la situación, vuelve al festejo buscando a su marido o una cara amiga para relacionarse.

Ahí se encuentra con Raúl, el mejor amigo de José.

Raúl: “Vení Sole, te quiero felicitar. Me siento como el celestino de esta pareja ¡Que increíble!”

Soledad: “Y un poco sí, gracias a vos nos conocimos”

Raúl: “No me olvidar que fuimos al cumple de Pato, lástima que no funciono lo mío con ella, pero no importa. Mira ahora, mi mejor amigo casado, que lindo. Me acuerdo que no quería ir porque tenía que estudiar para unos finales, imagínate si se lo perdía”.

Soledad: “No iba a conocer lo que era bueno”.

Raúl: “Jajaja, me encanta sos tan piola. Aunque fue un poco rápido para mí gusto, se nota que no podían esperar”.

Soledad: “Que pesado, basta. ¿Y vos?”

Raúl: “Todavía no me llego el momento. Tengo muchas cosas por aprender todavía. Vos en el cole debes tener varias compañeras para presentarme”.

Soledad: “Ni loca, me vas hacer quedar mal”.

Raúl: “Soy un tipo ubicado, créeme, interesante”.

Soledad: “Cállate, y no tomes más”.

Raúl: “No te prometo guardar silencio, siendo abogado no es lo mío. Ahora en serio, yo quiero ser el padrino del primero”.

Soledad: “Basta Raúl”.

Raúl: “Tu marido puede ser bueno en bienes raíces, pero yo tengo olfato”.

Soledad: “Me voy, no te aguanto más”

Raúl: “En serio, estas hermosa, y me alegro mucho por ustedes. Anda que mi mejor amigo siempre fue muy celoso y no quiero que piense que te arrepentiste”.

Soledad: “Me voy a hablar con alguien coherente, chau, bye, bye”.

Raúl: “Nos vemos después linda”.

 

51*    El festejo terminó casi a la madrugada, José y Soledad durmieron poco, porque se tenían que marchar bien temprano a su Luna de Miel.

Tomando un café, mientras terminaban de acomodar los bolsos, él por detrás le agarró la cintura.

José: “Amor, mi bella esposa, vamos que se nos hace tarde, y no quiero perder un segundo ¿Qué te falta, te puedo ayudar en algo…?”

Soledad: “Creo que esta todo, estoy un poco nerviosa nada más, no sé, pavadas, dejémoslo así”.

José: “Tranquila, estamos juntos, nos amamos, va a estar todo bien”.

Soledad: “Tengo que dejar de pensar en tonterías y relajarme un poco, tenes razón”.

José: “Ahora nos vamos a pasear, a despejarnos, estar juntos…”

De ese modo, ella lo besa y, salen por la puerta de ingreso de la mano cada uno con un bolso de viaje.

 

52*    En el momento que estaban haciendo los papeles de migraciones, 5 soldados corren, rodean y apuntan hacia Soledad.

Cabo: “¡Alto ahí, al suelo!”

José: “¿Qué pasa oficial?”

Cabo: “La sujeto es perseguida por homicidio calificado. Por favor no se resista”.

Soledad: “¿Cómo? Yo no hice nada, se equivocan.”

Cabo: “Guarde silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra. Tiene derecho a solicitar un abogado”.

Sin posibilidad de defenderse un militar le coloca rápido las esposas a Soledad, mientras otro aparta a José.

 

53*    José: “¿Qué? No, déjenla”.

Cabo: “Señor aléjese, no debe intervenir, salvo que quiera ser arrestado por sublevación a la autoridad”.

José: “Pero a dónde la llevan”.

Cabo: “Vamos a recluirla en nuestro gabinete para que no pueda escapar, mientras damos aviso y nos dan instrucciones de cómo proceder”.

Soledad: “José soy inocente, no sé qué esta pasando”.

Cabo: “Dije que no hable señorita”.

De esa manera hacen ingresar a Soledad a una oficina de mal modo.

 

54*    José: “Pero qué pasa, alguien me puede explicar”

Soldado: “¿Es su esposa?”

José: “Si, anoche nos casamos”

Soldado: “Sabe dónde estuvo ella antenoche”

José: “En su casa, preparándose supongo”.

Soldado: “Esta seguro usted de eso”.

José: “Si, por qué”.

Soldado: “Entonces, dígame quién es la de la foto”

José: “Es ella, no puede ser ¿Qué paso?”.

Soldado: “Esta acusada de cometer un asesinato y escaparse del lugar”.

José: “Me resulta difícil creer eso, ella es buena, jamás podría hacer eso”.

Soldado: “No sé señor, yo no pongo las manos en el fuego por nadie. Además, ya sabe las más calladas son las peores, sin ofender”.

José: “Pero es incapaz de matar a una hormiga ¿Puedo verla?”

Soldado: “Acceso denegado caballero, debe permanecer aislada”.

José: “Entonces voy ya mismo a comunicarme con el abogado de la familia y vuelvo”.

Soldado: “Vaya, cualquier novedad le vamos a informar”.

José: “Si, por favor”.

 

55*    Mientras tanto Soledad estaba sola en un cuarto sin ventanas al exterior. Cuando sintió que ya estaba todo más calmo, tocó la puerta, allí el guardia que custodiaba le abrió.

Oficial: “Sí, dígame, qué quiere”.

Soledad: “Me gustaría hablar con mi marido”.

Oficial: “Imposible, tengo órdenes que no debe”.

Soledad: “Me tienen que creer, yo no hice nada”.

Oficial: “Eso dicen todos, no sabe cuantas veces lo oí, si me pagaran, sería rico”.

Soledad: “Esto es injusto, se confundieron de persona”.

Oficial: “¿Cuál es su apellido?”

Soledad: “Salgado Soledad”

Oficial: “¿Cuál es su fecha de nacimiento?

Soledad: “17 de enero de 1945”

Oficial: “Lugar de nacimiento”.

Soledad: “Córdoba Capital”

Oficial: “Respondió todo igual a lo que figura en este papel. Menos el nombre, pero puede haberlo cambiado, eso es lo normal ¿Demasiada coincidencia, no?”

Soledad: “Es imposible, no puede ser, esto es una trampa”.

Oficial: ¿Dónde estuvo usted hace 2 noches atrás?

Soledad: “Descansaba, porque al otro día celebre mi casamiento”.

Oficial: “¿Tiene testigos?”

Soledad: “No, porque quise estar sola, para prepararme y estar más tranquila. Nadie va a pensar que fui yo”.

Oficial: “Señorita, demos por terminada esta conversación. Yo que usted me calmo”.

Soledad: “¿Pero?”.

Oficial: “No se hable más, ahora si me permite voy a cerrar de nuevo. Aproveche para meditar sobre sus acciones”.

 

56*    Más tarde, pasada la medianoche, 4 soldados se hicieron presentes en la oficina donde se encontraba Soledad.

Oficial: “Párese, es hora de irnos”

Soledad: “¿A dónde?

Oficial: “A Córdoba, allí va a estar en prisión preventiva hasta que comience el juicio”.

Soledad: ¿Y José?

Oficial: “El caballero va a volver por su cuenta como vino”.

Soledad: “Quiero verlo, esto no puede ser, no es justo”.

Oficial: “¿Usted de qué esta siendo acusada?”

Soledad: “De algo incorrecto”.

Oficial: “Yo eso no lo sé, la Justicia se encarga de eso. Nos vamos ya”.

De ese modo, de muy mal manera la subieron a un camión frío, y blindando para trasladarla.

 

57*    A los pocos días de estar en la cárcel José visitó a Soledad.

Ella lo abrazo desconsolada, en cambio él, se mostró un poco frío y distante.

José: “Escúchame Sole, sentate, decime qué hiciste”.

Soledad: “Nada, no hice nada”.

José: “Te fuiste a pasar tu última noche de soltera con alguien… ¿Qué paso?”

Soledad: “¿Qué? No, estuve en la casa de mi papá, preparando todo, descansando”.

José: “Hay testigos, la propietaria de un albergue, el dueño de un bar, mujeres que te vieron hablando con el muerto. Tus datos coinciden, no sé qué pensar”.

Soledad: “De verdad estas dudando, no puede ser. No sé quienes son, no los conozco”.

José: “A mí también me suena raro, pero no tenes nadie a tu favor. No hay forma de justificarte”.

Soledad: “¿Qué dice Raúl? Si llaman a declarar a los que me conocen se van a dar cuenta que esto es falso”.

José: “Esperemos el juicio, te parece”.

Soledad: “Si vos no me crees, ellos menos”.

José: “Entendeme, yo también estoy mareado con todo esto”.

Soledad: “Si no confías en mí ¿Con quién me casé?”

José: “Lo mismo me pregunto…, no sé, no quiero decir más”.

Soledad: “Mejor anda, pensé que me ibas a ayudar”

José: “Eso intento Sole…”

Soledad: “Parece todo lo contrario”.

José: “Mejor me voy, no quiero pelear. No es bueno para vos mostrar una imagen de enojo. Tenes que tener una actitud más conciliatoria”.

Soledad: “No sé de qué me hablas”.

José: “Fue una mala idea, no se puede hablar con vos. La próxima va a venir Raúl. Quizás a él lo entiendas”.

Soledad: “Espero que venga pronto. No lo puedo creer”.

José: “Quédate tranquila por favor”.

Soledad: “¡Anda nomás!”.

José: “Te voy a mandar un vestido para que estes linda y bien presentable. Escucha a Raúl, él sabe”.

Soledad se larga a llorar mientras José se retira de la habitación, y la deja totalmente defraudada.

 

58*    Al día siguiente fue a verla Raúl que la iba a defender en la causa.

Raúl: “Sole querida ¿Cómo estas?”

Soledad: “Mal, muy mal, qué pensas”.

Raúl: “Bueno, te preguntaba nomás, pero ya lo sé... Escúchame mañana va a ser la presentación ante el Juez. No esta nada fácil”.

Soledad: “¿Por?”

Raúl: “Lo único a tu favor es que tenes un expediente limpio, sin infracciones o causas judiciales”.

Soledad: “Entonces…, qué”

Raúl: “A ver cómo te lo digo, quizás tengas que pasar un tiempo en la cárcel… Si declaras que estas arrepentida o que fue por legítima defensa, te pueden acortar la pena”.

Soledad: “¡No, no, es injusto! ¿Por qué voy a hacer eso?”.

Raúl: “No queda otra Sole, lo siento mucho”.

Soledad: “¿Y José que piensa?”.

Raúl: “Por él no te preocupes, hay que ocuparse de esto ahora. Te necesito tranquila, con cara de afligida, esta claro”.

Soledad: “¿Solo eso?”.

Raúl: “Roga que el Juez sea compasivo, no se puede hacer más nada”.

Soledad: “La verdad que no me das ninguna esperanza”.

Raúl: “Es complicado, te soy sincero, pero no perdamos la fe”.

Soledad: “Jamás me imagine algo así, estar acá es horrible”.

Raúl: “Voy a intentar hacer lo mejor posible, te lo prometo. Me tengo que ir, tengo una audiencia. Cuídate, y descansa”.

Soledad: “Si, si, claro”.

Raúl: “Chau, hasta mañana Sole”.

Soledad: “Nos vemos…”

 

59*    Bien temprano fue el juicio, atrás estaban ubicadas las personas que conocieron a Georgina: el dueño del bar, Virginia, un par de mozas y la encargada de la pensión donde se alojaba. Todos mal vestidos, no daban una buena imagen.

José se colocó en un rincón, un poco aislado con su madre para observar. Estaba desconcertado porque todos la reconocían como la culpable,  murmuraban y la juzgaban.

Adelante se sentó Soledad junto a Raúl, al costado se encontraba el abogado de oficio por la Corte representante de Samuel.

Raúl: “Vos mantene el silencio, es lo mejor en estos casos, tampoco mires mucho a los demás. No es conveniente, solo a mí y al Juez. Te lo digo por experiencia”.

Soledad: “¿Pero qué vas a decir?”

Raúl: “Esto no es como en la tele, ya tienen todas las pruebas, y si no necesitan nada más se toma una decisión”.

Soledad: No entiendo “¿Cual es nuestra defensa?”

Raúl: “Están desbordados de casos, así que son agiles en aplicar condenas cuando no hay mucho por justificar”.

Soledad: “¿Puedo pedir otro abogado?”

Raúl: “No es momento, es una ofensa y falta de respeto ante la Corte. Una pérdida de tiempo, mejor, ni lo menciones”.

Soledad: “Entonces me quedo sin hacer nada”.

Raúl: “¡Exacto!”

Soledad: “Esto parece un complot ¿Qué hice?”

Raúl: “A ver, explícame vos mi oficio. Voy hacer lo que pueda para que salgas lo más airosa de esta situación”.

Soledad: “Parece todo lo contrario, pensé que eras mi amigo”.

Raúl: “Esto no es fácil para mí, ni para nadie. Quédate tranquila un momento, aguardemos en silencio, te parece…”

Soledad: “Sí claro, la suerte ya esta echada”.

 

60*    Luego de unos minutos se hace presente el Magistrado

Juez: “Silencio en la sala por favor. En el día de la fecha, luego de tomar declaración a los testigos que dicen reconocer a la acusada, y al no haber hay pruebas que demuestren lo contrario. Condenó a Soledad Salgado a 20 años de prisión por homicidio culposo”.

Soledad: “¡No puede ser, esto es injusto!”

Juez: “¿Cómo dice?”

Raúl: “Disculpe Señoría, mi cliente no lo quiere ofender”.

Juez: “En este acto, damos por finalizada la cesión, si quieren apelar, lo evaluaremos luego. Buenos días”.

José quedó atónito con el fallo, bajó la mirada, sin decir nada.

 

61*    Soledad: “¿José que vamos hacer?” ¿Te pones del lado de ellos?”

Raúl: “¡Cálmate Soledad!”

Soledad: “Están en contra mío, nadie me cree ¡No puede ser, no puede ser!”.

Raúl: “No hagamos una escena Sole, vamos, después hablamos”.

Soledad: “¿Pero qué puede ser peor que ir a prisión?”.

Raúl: “No te resistas, haceme caso, puede empeorar las cosas”.

Soledad: “¡José, José!”

El Juez de ese modo se retira, mientras dos policías se llevan a Soledad que no para de llorar.

62*    Después de unas semanas de encierro, en el baño compartido con otras reclusas, mientras se ducha, Soledad sufre un desmayo.

Las compañeras enseguida alertaron a una guardia cárcel para que se hiciera responsable.

Presa: “¡Ayuda, alguien que venga rápido! ¡Una compa se acaba de caer al suelo!

De inmediato se hicieron presentes dos mujeres policías, una de ellas se agachó para taparla con una toalla, observar y sentir su respiración.

Mujer Policía 1: “Internas, vayan a sus lugares, luego les vamos a comunicar lo sucedido. Gracias por pedir auxilio, nosotras nos hacemos cargo”.

De esa manera las reas se retiran despacio del baño con sus pertenencias.

Mujer Policía 2: “Señorita, me escucha, responda por favor. Vamos a llamar a la doctora para que la asista, quédese quieta, no se mueva hasta que nos indiquen que maniobra realizar”.

 

63*    De esa manera se comunican por Handy para explicar la situación

Mujer Policía 2: “No se mueva, enseguida se va a hacer presente la médica ¿Comió algo hoy?

Soledad: “Sí, tomé el desayuno como todas”.

Mujer Policía 2: “Tuvo suerte de no cortarse con nada, o golpearse con otra cosa. Esperemos”.

Doctora: “Buenos días ¿Por qué me llamaron? ¿Qué es lo que sucede?”.

Mujer Policía 1: “Una reclusa se descompuso”.

Doctora: “¿Nombre y apellido de la señorita?”

Soledad: “Soledad Salgado”.

Doctora: “¿Edad?”

Soledad: “25”

Doctora: “¿Ultima menstruación?”.

Soledad: “Hace un mes, no me acuerdo, 28 de febrero creo”.

Doctora: “Vamos a realizarle unos análisis de sangre y orina ¿Se alimenta bien, toma agua?”.

Soledad: “Si, claro”.

Doctora: “Ahora va a volver a su celda a descansar, cualquier síntoma extraño que sienta le avisa a la persona que este más cerca de usted ¿Me entiende”.

Soledad: “Si, si, gracias”.

Doctora: “No hay porque, es mi trabajo. Ahora me voy que tengo otros asuntos, permiso”.

Mujer Policía 1: “Hasta luego doc”

 

64*    Los resultados de los exámenes de Soledad confirmaron que estaba embarazada. Ella recibió la noticia sentada en un catre viejo por parte de una Guardia Cárcel.

Lloró al comienzo, pero luego se calmó y pensó que necesitaba estar bien por el bebé que llevaba en el vientre. Jamás se imaginó que el hecho más importante de su vida iba a suceder encarcelada.

Soledad: “¿Puedo hablar con mi marido?”

Guardia Cárcel: “Si, vamos a comunicarnos con él, no se preocupe.”

Soledad: “Muchas gracias”.

Guardia Cárcel: “No hay problema, la felicito. Cuídese, cualquier cosa nos avisa”.

Soledad: “Claro, otra vez le agradezco”.

De ese modo la Guardia Cárcel se retira dejándola sola.

 

65-    Al cabo de una semana, Raúl la fue a ver.

Raúl: “Sole que gusto me da verte, no pude venir antes, perdona”.

Soledad: “¿Y José?”

Raúl: “No te vayas a molestar, por recomendación de la familia eligió tomar distancia. Fue muy malo todo lo que pasó, hay un muerto…”

Soledad: “Yo no tuve nada que ver, a ver si me creen ¿Sabe que vamos a tener un hijo?”

Raúl: “Sí, y vos bien sabrás que este no es un lugar adecuado para que crezca un niño”.

Soledad: “¿Qué paso con la apelación?”

Raúl: “Ahora no se puede, hay que esperar, tener paciencia Sole”.

Soledad: “¿Cuánto más voy a tener que aguantar? ¡Ya pasaron 2 meses!”

Raúl: “Eso lo determina el Juez. Los tiempos de la Justicia son distintos a los de uno…, no hay que ponerse pesado”.

Soledad: “¿Y mi embarazo, y el bebé?”

Raúl: “La ley dice que la custodia la debe recibir el padre. Durante el período de gestación van a tener tratos cordiales y cuidados especiales con vos eso te lo aseguro”.

Soledad: “O sea que no van a hacer nada, me van a dejar acá”.

Raúl: “Créeme hay condenas peores, de por vida... tuviste suerte, en unos años vas a salir y compartir con ellos. Descansa, cuídate y disfruta esa linda pancita”.

Soledad: “Son unos desgraciados, esto no se los voy a perdonar”.

Raúl: “Estas enojada, te entiendo, pero nosotros no ponemos las reglas, el Poder Judicial es el que manda”.

Soledad: “Voy a ver que hago…, por lo pronto considera que dejas de ser mi abogado”.

Raúl: “Como gustes, por mí no hay inconveniente. Estas en un tu derecho”.

Soledad: “Te podes ir, prefiero estar sola”.

Raúl: “En algún  momento nos vas a comprender, estoy seguro que sí”.

Soledad: “Te vas o llamo a la guardia cárcel”.

Raúl: “No hace falta, me voy”.

 

66-    Apenas nació el bebé José lo recibió a través de una mujer policía.

José: “¿Es él? ¿Esta todo bien?”

Policía: “Si señor”

José: “¿Ella cómo esta?”

Policía: “Bien también, nosotras nos hacemos cargo”

José: “Gracias, cuídenla”.

Policía: “No se preocupe, esta todo bajo control”.

José: “Lo voy a ir a inscribir, pensé en Nicolás ¿Le gusta?”

Policía: “No es asunto mío, no me corresponde”.

José: “Tiene razón, nos vemos”.

Policía: “Que tenga buen día”.

 

67-    Luego de 15 años, José viajó a Santiago de Chile para ocuparse de algunos negocios inmobiliarios y conocer algunos lugares turísticos: La Casa de la Moneda, La Plaza de las Armas, la Catedral Metropolitana y demás.

En un momento que se detuvo para tomar algo en un bar,  lo atendió Georgina, que trabajaba como moza del lugar.

Él pensaba que era Soledad, así que un poco asombrado la llamó para que se acerque.

José: “¡Hola! No me reconoces, soy José”

Georgina: “Disculpe, me parece que me confunde con otra persona…”

José: “De verdad no te das cuenta quien soy. Pasó un montón de tiempo, puede ser por eso. Aunque es imposible, no cambié tanto, vos tampoco, estas igual.” 

Georgina: “No, lo siento. Tengo mala memoria”.

José: “Podes estar enojada conmigo, te entiendo. Pero no podes olvidarte ¿Qué haces acá? ¿Cuándo saliste en libertad? ¿Por qué no me dijiste nada?”

Georgina: “Hace bastante que vivo y trabajo en este lugar…, voy a llamar al dueño si sigue insistiendo”.

José: “Sentate un segundo por favor, o conversemos más tarde si queres”.

Georgina: “No puedo, estoy atendiendo otras mesas”.

José: “Siempre pienso en vos, fui un completo imbécil. Quise ir a verte, pero no me animé. Podes estar ofuscada, y con toda la razón del mundo. Solo dame una oportunidad ¡Todavía estamos casados, somos marido y mujer!”

 

68-    Georgina lo observa, no dice nada; aunque ella muy astuta, se da cuenta que él es un hombre con dinero; así que aprovechó la confusión y continuó la conversación.

Georgina: “A decir verdad, estoy cansada de todo esto”.

José: “Queres que me mude, yo me puedo hacer cargo, y vos no volves a trabajar nunca más”.

Georgina: “¿En serio me decis?”

José: “Sí, yo puedo abrir un negocio, ser la familia que siempre quisimos ¿Qué te parece?”

Georgina: “Vamos despacio ¿Qué decís?

José: “Lo busco a nuestro hijo Nicolás y listo. No sabes lo parecido que es a vos. Creo que esto es algo del destino, no lo puedo creer”.

Georgina: “¿Vivir juntos, mudarse, un niño?”.

José: “Tranquila, ya es grande, en realidad un adolescente. Yo sé que es mucho, y no me quiero imaginar todo lo que pasaste. Tantos años de encierro, deben haber dejado sus secuelas supongo y por eso te alejaste, no”.

Georgina: “Si, uno queda un poco confundido después de pasar lo que viví”.

José: “Vas a ser una reina te lo prometo, solo dame una oportunidad por favor”.

Georgina: “Bueno, vamos de a poco esta claro. Paso mucha agua por debajo del puente”.

José: “Pero lo pasado pisado, te parece. Voy a hacer todo lo posible para que me perdones. Estaba ciego, éramos jóvenes, fui un tarado con todas las letras, me dejé llenar la cabeza, no sé. Tenía miedo, y a su vez vergüenza de la opinión de los demás”.

Georgina: “Yo creo que sí, que fuiste un imbécil que no supo confiar”.

José: “Completamente, la culpa es toda mía, no se diga más”.

Georgina: “Me vas a tener que respetar, voy a necesitar mi espacio, para poder perdonarte”.

José: “Si, lo que quieras. Tengo mucho cargo de conciencia, pero ahora no sabes lo bien que me siento ¿Te puedo abrazar? Te busco a la salida si queres”.

Georgina: “Mejor mañana tengo que acabar unos asuntos y hablar con mi jefe para avisarle que renuncio”.

José: “No hay problema, acá de nuevo nos volvemos a encontrar, no te quiero perder otra vez ¿Esta bien?”

Georgina: “Si, perfecto, a la tarde mejor”.

José: “Si, si por supuesto, gracias, muchas gracias”.

 

69-    Al otro día se volvieron a reunir, ella vestida normal sin el uniforme de trabajo; él ansioso por el encuentro se puso una linda camisa y un pantalón sobrio.

Georgina: “Hola ¿Todo bien?”

José: “Pensé que no ibas a venir, no sabes el susto que tenía”.

Georgina: “¿Y ahora? ¿Qué pensaste que vamos a hacer?”

José: “Vamos a caminar, ayer hable con Nico, le dije que tenía una sorpresa. Jamás se va a imaginar esto, así que estoy pensando cómo decírselo”.

Georgina: “Hasta ahora él qué sabe”.

José: “Absolutamente nada, yo le dije que nos dejaste, que te fuiste”.

Georgina: “O sea que soy la mala…”

José: “No, no, jamás hable mal de vos”.

Georgina: “Igualmente, no demos muchas explicaciones, creo que no son necesarias”.

José: “Me parece bien, para que no haya malos entendidos ¿Y cuándo saliste en libertad, hace mucho?”.

Georgina: “Si”

José: “¿Y por qué no nos buscaste?”

Georgina: “¿Y por qué no lo hiciste vos?”

José: “Ya te lo dije, soy un tarado. Pero, y nuestro hijo, no te genero ganas de verlo…”

Georgina: “Estaba segura que le habías mentido, llenado la cabeza y tenía mucho rencor”.

José: “Dejémoslo así, es mejor. En 2 días llega ¿Queres que busquemos una casa para alojarnos mientras tanto? ¿No te arrepentiste, no? Yo estoy decido, además tengo colegas acá que nos pueden ayudar a conseguir algo bueno y decente”.

Georgina: “¿Cómo ser…?”

José: “Una casa, con 3 habitaciones, patio, pileta. Algo lindo, cómodo”.

Georgina “Vamos a dormir separados por un tiempo, puede ser. Hay que volver a conocerse.”

José: “Si, por supuesto, sé que esto no es fácil. Somos una pareja que se separó y se volvió a juntar”.

Georgina: “En síntesis sí. Que bueno que nos entendemos”.

José: “Claro que sí, ya aprendí ¿Queres que vamos a busca algo?

Georgina: “Dale, me parece bien”.

José: “Genial, adelante por favor”.

De ese modo se suben a un auto y van en dirección a un barrio de viviendas lujosas.

70-    José el día siguiente buscó a Nicolás y lo llevó a al lugar que eligieron con Georgina.

Nicolás: “¿Qué este lugar Pa? ¿Para qué quisiste que viniera?

José: “Hijo mío, te cite acá porque no vas a poder creer lo que pasó. Después de tanto tiempo nos reencontramos con tu mamá”.

Nicolás: “¿Qué, qué decís?”

José: “Tu mamá, la mujer que te tuvo. Nos volvimos a ver, nos perdonamos ¡Es algo maravilloso!”

Nicolás: “Estoy confundido ¿Ella vive acá?”

José: “Sí, queres que la llame, esta en su cuarto”.

Nicolás: “Pero…, y todo este tiempo que paso”.

José: “Te voy a pedir que lo olvides. Ella paso por muchas cosas, así que no la cuestiones por favor”.

Nicolás: “¿Y qué, vamos a vivir acá?”

José: “Sí”

Nicolás: “¿Y el cole, mis amigos?”

José: “Vas a volver a verlos, te vas a hacer nuevos también. Es cuestión de acostumbrarse”

Nicolás: “No sé, por qué ella no se muda a Córdoba si es tan fácil”.

José: “Escúchame, las cosas son así, y los que decidimos somos nosotros. Se acabó la discusión”.

Nicolás: “Haces lo que queres en definitiva”.

José: “No quiero pelear ¡Basta! La voy a llamar para que venga porque hace un buen rato esta esperándonos”.

 

71-    Georgina era toda una actriz, supo simular el papel que le correspondía. Hasta lágrimas logró cuando lo conoció a Nicolás, al fin y al cabo era su sobrino.

Georgina: “¡No lo puedo creer, jamás te imagine así! ¡Somos muy parecidos!”

Nicolás: “Perdón todavía me cuesta entender todo esto. De pronto tengo una mamá, dejar mi colegio, mis amigos; es mucho”.

Georgina: “Sin presiones, te parece”.

José: “No seas así hijo.”

Nicolás: “Sepan comprender por favor”.

Georgina: “Calma ¿Queres tomar algo, comer…? ¿Cómo fue tu vuelo? Hay tantas cosas que quiero que me cuentes”.

Nicolás: “Voy al baño, a lavarme un poco la cara, permiso”.

Georgina: “Si, si, es tu casa, pasa”.

 

72-    José: “¡Adolescentes!”

Georgina: “Tranquilo, no hay problema. Parece un buen chico”.

José: “Sí, lo es, y muy listo también. Siempre me sorprende”.

Georgina: “¡Eso es muy bueno! Hay que dejarlo, y que todo fluya”.

José: “Tal cual, seguís siendo tan linda como el día que te conocí”.

Georgina: “Gracias por el alago”.

José: “Es verdad, espero que me puedas perdonar sinceramente”.

Georgina: “Lo estoy haciendo como veraz”.

José: “La vida me dio una segunda oportunidad y no la voy a desaprovechar ¡Soy un hombre afortunado!”

 

73-    En ese momento entra e interrumpe Nicolás

Nicolás: “Ya estoy, en qué quedamos”.

Georgina: “¿Queres conocer tu habitación?”

Nicolás: “¿Cuál es?”

Georgina: “Esta arriba a la izquierda, es grande y vas a tener privacidad, nadie te va a molestar”.

José: “Es algo nuevo para los 3 ya lo sé. Pero hay amor, cariño, somos familia.”

Nicolás: “Voy a subir a ver mi cuarto y dejar mis cosas”.

Georgina: “Anda querido, yo preparo algo para comer y te llamo en un rato”.

José: “¡Yo te ayudo, pongamos manos a la obra! ¡Esto va a funcionar, estoy más que seguro!”

 

74-    Ya instalados, la rutina diaria de Georgina consistía en tomar sol, hacer gimnasia e ir de compras.

Mientras que José  mostraba casas, departamentos y vendía autos todo el día; y Nicolás cumplía doble escolaridad durante la semana.

Así que la mayor del tiempo ella estaba sola, disfrutando su nueva vida.

El sábado y el domingo compartían algunos momentos juntos, si estaba agradable, la reunión era en el patio, sino veían películas.

Ella los deleitaba con deliciosas comidas, había aprendido varias recetas cuando trabajaba de moza.

 

 

75-    Un fin de semana a la tarde, Nicolás sembró la duda, pero José hizo oídos sordos.

Georgina: “¿Quién tiene hambre? Deben estar cansados, descansen que yo me hago cargo de preparar unas fajitas ¿Quieren? Le voy a poner cebollas, pimientos, pollo y queso. No se muevan”.

José: “¡Que linda sos, siempre atenta! Te esperamos”.

Cuando ella se va, y se quedan los dos solos, conversan.

Nicolás: “Papá no lo tomes a mal, pero de verdad crees que ella es mi mamá”.

José: “Si hijo ¿Por?”

Nicolás: “No sé ¿Por qué se fue? Es raro que haya aparecido… no me cierra.”

José: “No levantes la voz. Ella estuvo presa, no le hagas recordar. Fue un golpe muy fuerte, y nos encontramos de nuevo de casualidad acá en Chile”.

Nicolás: “¿En la cárcel?”

José: “No importa, eso no interesa, no te pongas pesado. Hay cosas que son mejores olvidar. Yo también me equivoqué, y no estoy orgulloso de eso, todo lo contrario”.

Nicolás: “¿Entonces hago como si nada?”

José: “Sí por favor. Estoy intentando poner toda mi buena voluntad para que todo este bien”.

Nicolás: “Cuando cumpla 18 me vuelvo a Córdoba con los abuelos, los extraño. En realidad todo echo de menos. Puedo estudiar en la Nacional si quiero”.

José: “No me opongo, vas a ser mayor de edad, y va a hacer una buena experiencia para vos”.

 

76-    Georgina: “¿Qué murmuran que se los ve tan entretenidos?”

José: “Nico quiere regresar a Argentina para estudiar abogacía”.

Georgina: “Es una buena idea, me parece bien”.

Nicolás: “Gracias”.

José: “Que bueno que estamos de acuerdo ¡Celebremos por eso! Lo único, que todos los veranos te quiero de vuelta, no te vas a querer olvidar de nosotros.”

José se levanta, ríe y le da la un abrazo a Nicolás.

 

77*    En La Docta, Nicolás aprovechó los momentos de ocio para investigar. Buscó lo que sucedió el día de su nacimiento en los diarios, y el motivo de la encarcelación de su mamá.

Allí encontró uno que titulaba: “La culpable de asesinar a un inocente cerca de la Terminal hace 9 meses atrás, dio a luz a un hermoso bebé en prisión. La custodia quedó a cargo del supuesto padre y marido”.

Luego de leer eso, el joven fue hacia atrás en la información, y halló la noticia dónde describía el Juicio, el fallo y el arresto de su verdadera madre.

Sin sentirse satisfecho, Nicolás decidió ir a la cárcel de mujeres, y preguntar por la causa.

 

78*    Guardia cárcel: “¡Atención! ¿Quién sigue?”

Nicolás: “Yo oficial, me interesa ver el expediente de Salgado Soledad”.

Guardia cárcel: “¿Por qué? ¿Cuál es el motivo?”

Nicolás: “Soy estudiante de Abogacía, y tenemos que analizar algunos casos para realizar un trabajo…”

Guardia cárcel: “¿Tiene la libreta o una identificación de estudiante?”

Nicolás: “Sí claro, tome”.

Guardia cárcel: “Un momento”.

Nicolás: “Sí, por supuesto”.

 

79*    Algo nervioso, espero Nicolás sentado de brazos cruzados, hasta que volvió la policía y le entregó una carpeta.

Guardia cárcel: “No puede llevarse el expediente, tiene que verlo aquí en el lugar ¿Entiende?”.

Nicolás: “Ningún problema, ya se lo devuelvo”.

Al cabo de unos minutos, se dio cuenta que Soledad continuaba en su celda.

Nicolás: “Perdone, puedo ver a la acusasa…”

Guardia cárcel: “¿Por?”

Nicolás: “Para hacerle unas preguntas, y que sea más completo mi ensayo”.

Guardia cárcel: “Usted es raro, pero voy a hacer una excepción porque quiero que le vaya bien. Hay que apoyar a los jóvenes hoy en día”.

Nicolás: “Gracias, es muy amable”.

Guardia cárcel: “No se ilusione si la presa no colabora, es normal. Mantenga distancia cuando ingrese y sea breve. Espere un momento que ya lo llamo para que ingrese”.

 

80*    Una vez adentro, Nicolás aguarda de pie a Soledad, cuando la ve la invita a tomar asiento y le tiende la mano.

Soledad: “Hola…”

Nicolás: “Hola, no sé por dónde empezar. No me vas a creer...”

Soledad: “Tranquilo, tranquilo, con calma.”

Nicolás: “Esto no lo prepare, ni me lo esperaba, así que le voy a decir como me salga y quizás suene extraño…, creo yo soy su hijo”.

Soledad: “¿Es broma?”

De repente a ella se le llenan de lágrimas los ojos a Soledad.

 

81*    Nicolás: “Si tranquila por favor, que tenemos que seguir conversando”.

Soledad: “¿Cuántos años tenes? ¿Viniste solo?”

Nicolás: “Sí, nadie sabe que estoy acá”.

Soledad: “¿Y qué haces? Disculpa que no me encuentro decente”.

Nicolás: “No te hagas problema por eso, me parece que te tramaron una trampa.”

Soledad: “¿Quién? Yo siempre dije que soy inocente, nadie me creyó”.

Nicolás: “Mi papá y tu hermana”.

Soledad: “Yo soy hija única”.

Nicolás: “Tenes una gemela, idéntica a vos, que los tiene engañados a todos. Ella es la que cometió el crimen probablemente y se escapó”. 

Soledad: “Dame un momento”.

Nicolás: “Suena loco, pero es injusto… Algo tenemos que hacer, déjame ver como arreglamos esto… De algún modo tiene que pagar por lo que hizo”.

Soledad: “¿Cómo deducís lo qué decís? No entiendo”.

Nicolás: “Por donde empiezo…, mi papá siempre me dijo que nos habías dejado; y de un día para el otro se encuentra con una persona igual a vos, y le miente. Yo jamás le creí: el reencuentro, el amor y demás; así que les pedí volver a Córdoba ¡Y te encontré! El robo de identidad es un delito, y estoy seguro que cometió ese crimen”.

Soledad: “Después de tanto tiempo…, yo te iba a buscar cuando recuperara la libertad”.

Nicolás: “Si, yo te creo, porque eso hacen las madres, no lo que ella hizo. Ahora lo que tenemos que hacer es negociar con el juez, ya que cumpliste más de la mitad de la condena; tuviste buena conducta, y la fianza que hay que pagar seguro que es baja”.

Soledad: “No tengo nada de plata Nicolás. Me incautaron los pocos bienes que tenía”.

Nicolás: “No te preocupes por eso, vas a salir pronto te lo aseguro. No digas nada por las dudas. Una vez afuera, planeamos qué hacer para desenmascarar esta mentira”.

Soledad: “Gracias, gracias ¿Te puedo abrazar? No doy más de la emoción”.

Nicolás: “Sí, claro. Te prometo que afuera vamos a disfrutar más. Ahora me voy, no podemos perder el tiempo. Hay que hacer justicia, me da mucha pena que estes acá encerrada”.

Soledad: “Todas las noches recé por verte, conté los días y las fechas de tu cumpleaños”.

Nicolás: “Aguanta mamá, que no queda nada”.

Soledad: “Cuídate por favor”.

 

82*    En el despacho del Juez, el joven esta junto a un abogado, ambos le hacen entrega de un sobre con dinero al Magistrado.

Este lo recibe, luego lo guarda, estrecha la mano y llama por teléfono a un policía.

Al cabo de unos minutos ingresa Soledad, vestida de civil y con un bolso desteñido con todas sus pertenencias.

Cuando entra, saluda a los presentes y abraza a Nicolás. Una vez afuera se quedan solos, compran una botella de agua y se sientan en un banco.

Nicolás: “¿Estas bien?”

Soledad: “Si, claro, que más puedo pedir”.

Nicolás: “Yo sé que es mucho, pero falta un mes para el receso de verano, así que podemos aprovechar para ir juntos a Santiago cuando termine las clases. Papá y Georgina me van a estar esperando, les vamos a dar la sorpresa que estas viva y demostrar que ella es una impostora”.

Soledad: “No deja de ser mi hermana, y tu tía también…”

Nicolás: “Ni se acuerda de vos, además te hizo cumplir una condena inapropiada. Eso esta muy mal”.

Soledad: “¿Y qué se te ocurrió”? Después de tantos años, no me importa otra cosa que estar con vos, conseguir un trabajo, disfrutarte”.

Nicolás: “Esta bien eso, y no te quiero contradecir; pero no es justo. Ella debe pagar de algún modo, y después papá, creo que también actúo muy mal. Te dejó, a mí me mintió, un desastre”.

Soledad: “No quiero tener problemas, quiero tranquilidad, quiero vivir con vos ¡No perderme más nada!”

Nicolás: “Deja todo en mis manos. Este tiempo te quedas conmigo hasta que nos vayamos a Chile”.

 

83*    Cuando terminaron las clases en la facultad, Nicolás y Soledad tomaron un colectivo. Ella disfrutó el paisaje de las montañas cordilleranas, mientras él dormía.

Cartel: “RN 7 – Santiago de Chile”.

Al llegar fueron directo a la residencia. Antes de entrar se tomaron de la mano, decidieron ingresar por el patio ya que era un lugar amplio. El joven sabía que iban a estar ahí, porque en general desayunaban en la galería. Al verlos, José y Georgina, los observaron con cara de asombrados.

José: “¿Hijo, quién es ella?”

Soledad: “Soy yo, Soledad”.

José: “No, no, ella es Soledad Salgado”. Apuntando con el dedo a Georgina.

Georgina: “Yo soy gemela, les mentí todo este tiempo. Yo no tenía familia y vos apareciste…; discúlpenme por favor”.

José: “No entiendo nada, lo juro ¡Fui engañado!”

Soledad: “Tranquilos, hay varias cosas que aclarar ¿Por qué no me visitaste José? ¿Vos, Georgina, por qué no te hiciste cargo del crimen que cometiste? Yo tuve que pagar tu condena ¡Eso esta muy mal! ¿Por qué, por qué? Explíquenme, quiero escuchar”.

84*    Se quedan mirando los 4 entre sí ante semejante situación.

José: “Por dónde empezar…; éramos jóvenes, no sé. Fue todo muy de golpe, no había nadie a tu favor ¡Me asusté un montón!”

Soledad: “¿Y vos pensas que yo no? Hicimos una promesa ante Dios, en las buenas y en las malas hasta que la muerte nos separe. Y vos la rompiste desde el comienzo, una vergüenza, algo totalmente imperdonable”.

José: “¿Y ahora? ¿Qué queres hacer? Me parece que se me esta bajando la presión ¡Hijo yo no sabía todo esto!”

Nicolás: “Me hiciste vivir con una desconocida, pusiste en riesgo mi vida. No tenes perdón, más lo que le hiciste pasar a mi mamá, ni hablar”.

 

85*    En ese momento, Georgina sin que la vean, toma un cuchillo que hay en la mesa y se abalanza sobre Soledad. Nicolás intenta con sus manos frenarla, todo se convierte en una fuerte pelea.

En cuestión de segundos, ingresó un grupo de policías que aguardaban afuera, esperando una señal.

Dos oficiales agarran de los brazos a Georgina, otro le coloca las esposas en el suelo.

Superior: “¡Todos quietos por favor! La sujeto queda detenida por robó de identidad y tentativa de homicidio”.

Georgina: “¡No, no! ¡No es justo!”

Los policías se retiran, llevándola consigo hacia el móvil.

 

86*    De frente Soledad, Nicolás y José se miran.

José: “¿Y ahora?”

Soledad: “Yo me voy con Nicolás, a disfrutarlo. El no me abandonó y no me olvidó. Vos hace lo que quieras. Con el tiempo quizás que te perdone, pero ahora no puedo”.

Nicolás: “Papá en unos días te va a llegar un telegrama de Córdoba, va a ser mejor que medites todo lo que pasó y te pido por favor que dejes de ser tan ingenuo”.

De esa manera Soledad y Nicolás se van, mientras que José se queda solo llorando.

 

Fin.


 


PROLOGO - GEMINIS PARTE 1

Después de varias idas y vueltas, mucha autocrítica, publiqué GEMINIS - PARTE 1- Luego de leer una historia que me sirvió de base para escri...